Cowboys

(En el aeropuerto)

-        Ésto es muy triste.

-         Lo sé.

-         No me encuentro bien.

-         Supongo que no puedo hacer nada al respecto.

-         No.

-         De acuerdo. Me marcharé lejos de aquí.

-         ¿Dónde irás?

-         Todavía no lo sé. Cerca del mar.

-         Tengo que embarcar.

-         ¿Te ayudo con las maletas?

-         No es necesario. Gracias.

-         Deseo que tu avión se estrelle.

-         ¿Cómo?

-         Deseo que tu avión tenga buen despegue.

-         Oh, Gracias.

-         Mataré a todos.

-         ¿Cómo?

-         Manda recuerdos a todos.

-         Oh, eso es muy amable por tu parte.

-         Sí.

-         Siento todo lo que ha ocurrido entre nosotros.

-         Yo también. Te enterarás cuando ocurra

-         ¿Qué?

-         Escribiré un guión. Un western.

-         ¿Western?

-         Sí. En el western la venganza está bien vista.

-         Tengo que marcharme.


Se dan la espalda y caminan. Después de quince pasos, se dan la vuelta y se miran a los ojos, quietos.

Imposible Reiki


(Después de la charla sobre gramatología, una alumna a otro)

-         Ehhh, hola ¿Puedo hablar contigo un momento?
-         Sí, claro, ¿Qué ocurre?
-         ¿Podríamos hablar en privado?

(Al final del pasillo)

-         He estado observándote durante toda la charla y bueno, te sale una luz amarilla de la espalda.
-         ¿Cómo?
-         Me refiero a que he visto tu aura durante la ponencia.
-       ¿Amarilla?
-         Sí.
-         No sé qué decir. ¿Sería mejor que fuese de otro color?
-         Bueno, ¿por qué no vienes con Paula y conmigo después de esta clase y te damos un masaje? Pareces tenso.
-         Eh, bueno, yo, la verdad, sí, por qué no.

(En la hierba)

-         Quítate la camisa y los zapatos.
-         Ah, uh, de acuerdo.
-         Túmbate.

(Comienzan a masajear y a imponer las cuatro manos sobre él)

-         ¿Cuando sacudís las manos es para descargar la energía negativa que sobra, no?
-         Calla. Cierra los ojos.
-         Ehem, uhum. De acuerdo.
-         Pediremos el color azul para ti. Relájate.
-         Amarillo y azul es verde ¿no?

(Abre los ojos después de unos minutos y ve un águila imperial cruzar el cielo)

-         Creo que voy a llorar.
-         Llora.
-         No he estado pasando un momento muy dulce últimamente.
-         Ahora impondremos nuestras manos sobre tus rodillas para que refuerces la seguridad en ti mismo.
-         Ok, perfecto, gracias. ¿Qué tal un masaje en los pies?
-         ¿Tienes problemas de estómago?
-     Ayer me comí un yogurt pasado de fecha, con miel.

(Suena la campana que señala el comienzo de una nueva ponencia en esta ocasión en torno a la figura de Emmanuel Lévinas).

(Ellas entran, sonriéndole. Él permanece tumbado, más relajado, más seguro, más ligero y esperando feliz la posibilidad de que vuelva a cruzarse volando ante sus ojos el mismo águila).

Banana Split (Restaurante)



-         Me va a ser imposible comerme este Banana Split, ayúdame.

-         Lo siento, no me gusta el helado de fresa.

-         De acuerdo, céntrate en la nata montada.

-         De acuerdo.

-         Realmente el chantilly se debería utilizar más en caracterización. Para ataques epilépticos.

-         Y está buenísimo. Es suave y ligero.

-         Una pena no poder echar sirope de fresa. A veces se utiliza para simular sangre.

-         Para mi sería insoportable hacer de zombi, demasiado dulce.

-         Hablando con la nata saliendo de la boca pareces un poseso.

-         Tú parece que tienes los labios pintados.

-         Y si me pongo esta pequeña sombrilla en el pelo pareceré una geisha.

-         Con la comida no se juega.

-         Entonces me liaré un cigarro con la cuenta.

-         No es de buen gusto hablar de dinero.

-         ¿No fuiste tú quién quiso venir a este restaurante?

-         Tienes virutas de chocolate entre los dientes.

-         Parezco pobre ¿no es eso?

-         Tengo ganas de vomitar ¿me disculpas?

Roberto vuelve a la mesa.

-    ¿Cómo te encuentras?

-    Mejor gracias, he vomitado un arco iris.

Banana Split (Interior)

-         Podría utilizar una banana…

Alberto le da una bofetada.

-         Qué te parece una zanahoria…

-         Lo divertido del sexo es que no se necesita nada que no sea el propio cuerpo.

-         Mi madre siempre me dijo que el potasio era necesario.

-         No soy una macedonia.

-         Yo solo quiero darte placer. Ya sabes, utilizar la imaginación.

Alberto le da una bofetada.

-         Pues no utilices mi nevera. ¿Quieres que utilice tu pene para la guarnición de un entrecot?

Roberto le da una bofetada.

      -     Sabes que soy vegano No metamos a los animales en esto.

-         Bueno pues para una hamburguesa de tofu.

Roberto le da una bofetada

-         Que harías después sin mi pene.

-         Según tú ir a la frutería.

      -    Sólo proponía una forma de aprovechar las bananas antes de que se pudran.               
           Estoy harto de comer siempre fuera.

-         Esa es la razón por la que esta noche hemos alquilado estas estúpidas películas y hemos comprado helado.

Alberto le da un beso.

-         Es cierto. Lo siento. El helado se derrite.

Roberto le da un beso.

      -    Hagamos un banana split.

Radio

Radio mejor amigo del hombre,
perro metálico. Soy una oveja más
de tu vulgo eléctrico.

Tu voz me suena pijama.

Háblame de fútbol si quieres,
yo estoy jugando en otra liga,
tu voz se mezcla con la voz
de mi subconsciente línea.

No tengo edad, soy martillo,
ternilla, amasijo atravesado por ondas.

Te apago y callas, anónimo psicólogo,
opinión nube, consejo fórmula que vibra.

Tu silencio sueña negro.

Narciso California

El Alain Delon de "Rocco y sus hermanos" lentamente se desnuda quedándose sólo con una hoja de parra negra de nylon muy ajustada. La ropa la lanza sobre los cactus y Mirón le observa desde la tumbona jugueteando con un balón de plástico de Nivea. Nadie más observa la belleza de Narciso Delon. Sabe que si se bebe el agua del Pacífico de la piscina, podría ahogarse. Espera y es como una ducha de sol, tumbado en el bordillo, el mapa del granito impreso en su cuerpo. La mano en el agua parece acariciar a un cocodrilo. Excitado, Alain Narciso sube las escaleras del trampolín. Es un pájaro en una rama. Su reflejo en el agua es impresionista. Narciso quiere cazar a Alain. Delon quiere besar a Narciso. El reflejo de Narciso abre la boca y los brazos para recibirlo. Los pies como aguijones sobre la tabla quieren clavarse en la ego-diana. Bronceada fibra la de Alain, sus labios rojos desorbitados con ganas de hacer espuma. Al primer salto ve palmeras sobre las montañas. Al segundo, la montaña rusa y la noria. Al tercero, un águila. Se mira fijamente a los ojos suspendidos en el aire. Y por fin cae. Y la belleza toca fondo. Alain empuja a Narciso contra las baldosas. La Muerte tiene sabor a cloro y Mirón descubre que los cadáveres flotan tras volver de la cocina con un vaso de ponche.

Telequinesia

La olla explota. Los perros ladran fuera y la televisión se apaga cuando los cajones se abren y cierran. El jarrón cae añicos, mis pelos se erizan y la electricidad de mi cuerpo se adhiere al sillón que comienza a girar y me coloca frente a la ventana donde el pájaro posado cae abatido. Al aire es atrapado por el halcón. Las farolas se encienden, las primeras gotas de lluvia caen destiñendo la ropa colgada. Por el peso, las pinzas que sujetan las prendas saltan y me dan en los ojos. Grito y el vaso explota y la leche mancha la alfombra. El gato se acerca a beberla y vomita al ratón que se resguarda en uno de mis zapatos que anda ahora arrastrándose solo, chocando con otros zapatos, los tuyos, que dirigen mi mirada a tu cinturón que estalla y luego a tus ojos, que me observan estupefactos.

Ícaro

Hecho el molde, las alas pulcras
parece Venus.

Ícaro se siente orgulloso. El Sol,
las águilas.

El acantilado es la salida,
el viento.

Ícaro canturrea, ligero
los pies en la tierra.

Ícaro vuela, el mar bajo
metros. Ícaro grande vela.

El Sol la enciende, se consume.
El agua es piedra.

Preso (guillotina II).

En la plaza el alboroto, un extraño
orgullo cala sus huesos blandos

Espera en la celda, la piedra
gotea, el tiempo se alarga siglos

Su corazón bombea rápido podría
subir una montaña a ese ritmo

No hay edad. Nada en abundancia
de moscas, resín y harapos

No siente el peso de los grillete

El cuerpo flojo de no comer pasteles
en platos de oro

Las perlas le sirven de rosario

Cierra los ojos y parece que lo hiciese
por última vez

La saliva sabor maquillaje
Los ojos se llenan de lágrimas

Los pasos de los verdugos

El bamboleo de brazos fornidos
y guantes negros

El Mago hará su truco sin vuelta atrás
La Picadura sin antídoto

Será como nuez su cuello.
Será como un collar la guillotina

Antes de caer, se arrepintió a pesar
de ser inocente.

Preso (Guillotina)

Las gotas de sudor del preso forman un
charco.

El rayo de luz le ciega, el primero
de los túneles.

La orina encima le calienta, gana
la partida al primero de los fríos.

Bebe agua, para qué.
No tiene mobiliario que destrozar.

Da cabezazos contra la pared,
prepara su cuerpo.

Alucina o reza.

Le molesta ser el primero. Al que vendrá
después le molestará ser el segundo

olerá su sangre antes de que brote la suya.

El cabello se ha vuelto pardo, gris, blanco.
Ya es un fantasma.

Los pasos de los verdugos se escuchan.

Lo encuentran haciéndose el muerto.

Desenganchado de las cadenas se siente
más preso.

En procesión lo alzan, con el jolgorio
lo encajan.

Sabor a madera, el segundo de los fríos.

La caída de la cuchilla, el segundo de
los túneles.

Dehesa

Los dos galgos que te pasean
son como dos esfinges que te protegen.

Al golpe ese bastón produce terremotos.

Debajo de la boina guardas semillas en primavera
hiedra cae sobre tus orejas y a las doce el barbero poda.

Si el invernadero es un iglú y el salmón es un conejo,
la soledad de la Dehesa es la soledad del Ártico.

Sí. Los zorros allí son blancos.

La viña moriría. Es la espada del narval
la sangre, el iceberg.

También en la Dehesa no todo es lo que parece.

Las serpientes aguardan entre los arbustos,
las bellotas son bolindres que resbalan.

¿Qué harás tú en el Desierto?
¿Qué harías con las jaulas de las perdices?

Los alacranes negros escaparían. Marruecos
no está lejos quizás volverían.

Solo al alba te encuentras,
respiras un año más cada mañana.

Estás enterrado allí aunque no veas las raíces,
estás atado a la encina más longeva clavado
en el alcornoque más poroso.

El encantamiento del atardecer te emborracha.

Descalzo con las tres botas sobre el hombro,
la espiga y el cigarro en la boca los galgos
son como dos esfinges que te guían.

0123456789 Suroeste

Zero negro. Um café. Duas folhas. Uma da árvore, outra de papel. Três dedos. Agarro o lápis. Quatro cadeiras para Cinco turistas. Seis peixes na fonte. Sete passos até lá.
O som do Elétrico OitoE. A última das Nove vidas do Gato.

Moscas

Tres moscas tornasoladas forman un triángulo
isósceles sobre la mesa de mimbre resquebrajada.

Al golpe,

la geometría se volatiliza sin dejar rastro,
vacía de puntos negros.

Yo no he hecho tanto, no he abierto la boca,
mis ojos han sido El Mago.

Quizás huela mal,

porque vuelven, y no sé si serán las mismas
ahora forman un triángulo escaleno.

Y quieto al azar, las observo formando constelaciones
a las que yo sólo puedo nombrar.

Una de ellas se llamará Tú.

Él

No sé si fiarme de ti.
No sé de qué color tienes los ojos.
Sigo teniendo el molde de tu cicatriz.
Lo utilizo de cenicero.
Tu partida de ajedrez ha terminado.
Has perdido, era una ruleta.
Me dijiste que existían varias dimensiones.
¿En cuál estoy ahora?
Tus diamantes horizontales.
Tus recuerdos de frigorífico.
Tus noches en vela dentro del pentagrama.
Tus grandes párpados como mariposas.
Desnudo en tu jaula interior.
Buceaste vestido en la piscina.
El baúl lleno de pañuelos te delata.
El único que tengo ondea hacia tu tren.
Es el mismo con el que lloré.
No fui a tu concierto, disculpa.
Estuve acariciando las líneas de mis manos.
Tu laberinto es un círculo.
Tu bicicleta estática es una tumba.
Amigo de sangre.
Yo ya no abriré más la boca.
Me reconocí odiando.
Tus dibujos de plantas carnívoras.
Ya no soy tu mosca tornasolada.
No supe decidir entre la pistola.
No supe decidir entre el ramo.
Durante la noche rezaba.
Fui un beso. Fui un esclavo.
Pero apareció él.


V.

Voy a odiar este poema
dentro de un mes.
Imagina que ni ahora me gusta,
imagina lo que vendrá después.

Lo romperé en cien trozos.
Lo quemaré.
Lo enterraré en cien hoyos.
Escupiré sobre él.

Se lo daré a comer a los pollos.
La gloria ya habrá besado mis pies.

III.

Fumo el cigarro al revés, da igual, es una cuestión de tener algo en la boca. Veo amaneceres en la televisión, es cuestión de huir de mi sombra. El río corre hacia atrás. Leo el periódico comenzando por la página final. Sucesos. El desierto está a la vuelta de la esquina. Los pájaros anidan en los suelos, en las copas la basura se aglutina. Sabes que el cielo es un vertedero intergaláctico, da igual. Si mi destino comienza en la página de astrología, termina. La cabeza en el suelo. Fakires. Turbantes que esconden espinas que esconden semillas. Coronas que esconden rubíes que esconden insectos que esconden hemoglobina. Azul que sólo es pigmento. Negro que sólo es vida. Vasijas vacías. Espejos sin reflejos. Un vampiro no se sacia simplemente con las manchas de tu ahorcamiento. El lápiz es un pendiente. Los baúles guaridas. Las heridas son victorias de plata o de bronce. Oro La Muerte. Blanco bata, continuación del camino hacia la libertad que no importa. El océano es la tierra. Sólo tiene una estación. Escribo con tiza "la pizarra". Escribo con prisa "calma". Digo con petulancia "no sé nada". Escribo con orina "agua". 

Frontera

Perdido en la frontera
nadie me reconoce.
Puedo ser de un lado o
del otro,
nadie me pregunta
de donde vengo.

Porque en la frontera
yo no estoy solo de
paso, permanezco
en esa línea
como un funambulista
cómodo retando al
vacío.

Platonic Love

After years and years, not centuries
finally, your hand in my pocket.
I said: "The orgasm is God".
You said: "God is mathematics".

After beers and beers, not wines
finally, our smiles were automatic.
I said: "My friends are so far"
You said: "That is just pychosomatic".

(Our love is not platonic anymore
it will be fanatic)

Pis

Lo reconozco, he meado en la piscina
Y sí, también lo he hecho en el mar
También lo he hecho en tu boca, y
En la ducha y fuera del retrete en el
Bar.

Bajo la luz de la luna 
He meado en las esquinas y encinas
He regado macetas en la mañana
Y sí, lo reconozco, también me he meado 
En la cama.

(...)

Mi estómago ha estado vacío
durante todo el día y
ahora lo tengo lleno de tarta.

Voy diciendo por ahí
que te quiero y eso
significa que sólo
eres palabras.

Valmiera

Todos los centros comercials son iguales. La diferencia es que en Valmiera, Igor, espera a la salida para pedir cigarros. La luz no la proyecta el sol, lo hace la nieve, las caras, los tejados. Las iglesias luteranas insinuantes, reprimidas carnes bajo, pieles mutantes quizás sintéticas. Un pequeño bosque de robles a un lado, un pequeño bosque de abetos al otro. El cielo cóncavo. Fotogramas super no-velados. Siento la presencia de lobos y a lo lejos veo un claro de llamas. Me dirigo hacia él.

Peluquería 0.

El peluquero hipertatuado (palmeras, tijeras, la cara de Beyoncé, un escudo, una pantera) me dijo que el corte que me haría lo creó Vidal Sassoon y que se llamaba “Bob”. El tajo en cuestión consiste en colocar una cazuela imaginaria en la cabeza y cortar los sobrantes de los bordes. Estuve de acuerdo. Hice una referencia a "El nombre de la rosa", pero el peluquero pareció no entenderme. La peluquería contaba con una decoración tan minimalista que parece una sala de espera de un hospital dentro de una nave espacial sin cableado. Sin cazuela, pero con consciencia de ella, el peluquero estudió mi flequillo como si de un ejecicio de dibujo técnico se tratase. Tenía en frente una pequeña pantalla en la que se podían ver desfiles y capítulos de la Pantera Rosa. Con el peluquero intercambié nombres de pastillas anticaída y hablamos de cómo sería bueno empezar a ir al gimnasio con mi edad, para que cuando llegase a los cuarenta continuase manteniéndome en forma. Lo peor de la experiencia fue que fui el último cliente al que le cortaron el pelo antes de que cerrase la peluquería y pude comprobar como todos los empleados (un pelquero y dos peluqueras más) correteaban nerviosos por cerrar. El juego de espejos les delató: estaban metiéndose rayas de cocaína en uno de los cuartos de aquel espacio demasiado blanco y demasiado vacío. ¡Incluido el peluquero que me cortaba el pelo a mí! El corte "Bob" es de la décado de los sesenta, intenté ser comprensivo... Pero fue algo bueno, y sólo hizo un viaje antes de terminar conmigo. No supe si era para controlar al resto de empleados pero intuí lo contrario por como sorbía para dentro de su nariz los no-mocos y en como el resto le acosaban preguntando cómo iba, si se sentía extraño).

A mi no me importaba, claro que me molestaba que no me invitasen, aunque fuera para decir no.

Visiones

Me encontraba sólo en el bar de la plaza tomando una copa de vino tinto. Esperaba a Alexandre que había ido a visitar al Padre Martins. Durante el camino hacia el pueblo, en coche, me concentré en los paisajes y en la música de Bach que acompañaban las panorámicas. Durante el paseo en el pueblo, a pie, compramos periódicos. A la vuelta condujo muy rápido.
*
Cuando me acerqué a la ventana de los vecinos de la esquina de la Calle Reina Isabel quedé hipnotizado por un candelabro de siete velas.

En casa habíamos estado estrenando la dote que contenía gran números de juegos de tazas de café, platos, cucharas, cucharillas, cucharones, ensaladeras, cuchillos, grandes tenedores, paños decorados con estampados.
Comimos cordero, col, piñones, dulces, arroz con leche y queso y sopa. Pero también jamón y aceitunas y salmón. Pan dulce, café, vino, té.

Las bandejas con comida se anunciaban en una mesa, como si fuese una entidad más incluso superior. Toda la familia venía a visitarnos. Bebimos aguardiente y vino de Oporto. No recuerdo la última media hora de la noche pero tengo ensoñaciones de la más judía o católica de todos por ser la más longeva. Hice que cogiera mi mano y al mirar mi palma asintió decididamente.

Removí la chimenea unos 20 minutos y salí a la calle a fumar un cigarro. El candelabro continuaba en la ventana. Me entró ganas de tener fe en algo, de tener la circuncisión hecha.
*
Paulo tenía 23 años cuando lo encontraron muerto entre unos matorrales de la orilla del río. Fatídica noche para el joven cuando se cumplía un año exacto de la muerte de Mafalda, 21 años y nacida en Alcains. Leí en la prensa al día siguiente del horrible “hallazgo” un corto y contundente artículo en el apartado de sucesos.

Insolación

El sol es una desolación porque hiere como cuchillo lorquiano.
Y las pesadillas de Buñuel no son de genio en esta tierra seca, reflejada en el cielo.
Sus granizos revientan máquinas.

Ishmael

Ishmael, you appeared in my dreams for saving you
from the shinning hole.
I embraced you, sitting with you on the terrace,
touched again your bones.

I coudnn't go to your black concert, sorry,
I was missing myself in life.
I pray for you. I pay the ticket to return
you are nothing but smile.

I will meet you at the cemetery, and
I will see your back of the neck, again.
Your horse, the oil on my shoes,
you like a goalkeeper without pain.

School love, masturbating on green grass.
Smoking for the first time.
Loosing balls on the playground.
Touching your hand lines.

You're dead Ishmael.
You appeared in my dreams.
Please, forgive me and come back
to life
and tell me what it means

Gato negro

Salí del hotel apresuradamente y de repente me encontré a menos veinte grados centígrados. Encendí un cigarrillo. El frío que llegaba del Mar Báltico inundaba mis pulmones a cada calada. No conseguía fumar ni respirar bien. Decidí entonces acercarme al lago en la parte trasera del Hotel Varzina para ver si podía calentar mi cuerpo lo suficiente para poder fumar. Caía la noche y mis pies se hundían en la nieve a cada paso. Miré fijamente al lago que estaba helado; tuve la tentación de intentar andar sobre él pero no lo hice. Saqué del bolsillo una pequeña cometa hecha con palos de madera e hilo de colores. Para entretenerme decidí colgarla de la rama de un árbol, quise que empezara la Navidad. Me alejé de vuelta al hotel y observé la rama desde la puerta trasera con la cometa colgando. Inmediatamente apareció en escena un sigiloso gato negro, en fuerte contraste con la nieve. Se paró justo debajo de la rama decorada. Él no me veía. Era una estampa extraña. Allí quieto durante un minuto continuando con el ritual.

Eclipse lunar


(II)

La Penumbra ha llegado.
La Tierra se ha enfrentado.

Oscuras manchas imposibles de quitar
sobre el mármol.

Andrómeda, tu favorita.
Aburrimiento, mi universo.

La vía láctea sobre tu pecho.




(III)

La silla y las sábanas deslumbran la escena
en la que la luna abre y cierra el telón.

El ciprés único fiel amigo obediente obelisco.

Los tulipanes púrpuras y naranjas están
sin zuecos que los cuiden o aplasten.

Estoy contento porque es a mí
a quién han puesto la corona de flores y
laureles.

A quién La Tierra ha defendido
y se ha interpuesto frente al Sol.

A quién el tiempo ha dado la razón.

Estoy contento porque La Luna
ha dicho que esté tranquilo.

Los pájaros que beba de sus charcos.


(IV)

alba recién nacida 
su colcha la navaja para desaparecer.

dios no es más que confeti de estrellas
sobre la fiesta del vientre parido del cielo

los neones de las marquesinas marcarán su destino.

los pájaros alarman el dulce murmullo,
guían a los hipnotizados por las otras vidas.

desayuno y respiración de eterno retorno.

A barro pasado, escultura  .

Exhalo de jornalero ,
spleen de infante
maquillaje de doncella en el esternón.


expuesta en otro amanecer.

Tendido sombra

Bajo una cabeza enorme de toro bravo siento
que la naturaleza no está muerta
en esta tierra llena de pereza.

Mis raíces escarban
no quiero que lleguen al centro de la tierra
y besen el fuego que llevo dentro
y que quema las piedras y la maleza
que es mi mente y que teme ser arrasada
por un pirómano.

Cojo el capote rosa,
se yergue mi cosa roja con sed de entrar en fosas.

Echo de menos tus dedos pero ahora
estoy escondido en tendidos cero.

No quiero irme a casa,
voy a permanecer aquí en la plaza.

Estoy muy asustado porque sé que eres bravo
y matas.

No me alcanzarás porque tienes banderillas en tu lomo,
ya empiezas a sangrar y yo cada vez más de oro.

Caballos ciegos me ayudarán a pincharte y a debilitarte.
No soy tan viejo a pesar de tener tantas heridas.

Me duele matarte siendo tan hermoso,
los brillantes si no lo hago caerían de mi alforja
como si fuese un leproso.

El público reclama tus orejas
sé que en tu país no las cortan no amputan tu belleza.

Pero estoy decidido a rematar la faena de olvidarte
y veré tu cuerpo arrastrarse por el ruedo como un estandarte.

Y ya no te mezclarás conmigo ya no serás tan bravío.
Jugaré a castillos con tus orejotas
no inseminaré más tus agujeros idiotas.

Tendido sombra permanezco sentado
en secarral que se convierte en alfombra.