Frontera

Perdido en la frontera
nadie me reconoce.
Puedo ser de un lado o
del otro,
nadie me pregunta
de donde vengo.

Porque en la frontera
yo no estoy solo de
paso, permanezco
en esa línea
como un funambulista
cómodo retando al
vacío.

Platonic Love

After years and years, not centuries
finally, your hand in my pocket.
I said: "The orgasm is God".
You said: "God is mathematics".

After beers and beers, not wines
finally, our smiles were automatic.
I said: "My friends are so far"
You said: "That is just pychosomatic".

(Our love is not platonic anymore
it will be fanatic)

Pis

Lo reconozco, he meado en la piscina
Y sí, también lo he hecho en el mar
También lo he hecho en tu boca, y
En la ducha y fuera del retrete en el
Bar.

Bajo la luz de la luna 
He meado en las esquinas y encinas
He regado macetas en la mañana
Y sí, lo reconozco, también me he meado 
En la cama.

(...)

Mi estómago ha estado vacío
durante todo el día y
ahora lo tengo lleno de tarta.

Voy diciendo por ahí
que te quiero y eso
significa que sólo
eres palabras.

Valmiera

Todos los centros comercials son iguales. La diferencia es que en Valmiera, Igor, espera a la salida para pedir cigarros. La luz no la proyecta el sol, lo hace la nieve, las caras, los tejados. Las iglesias luteranas insinuantes, reprimidas carnes bajo, pieles mutantes quizás sintéticas. Un pequeño bosque de robles a un lado, un pequeño bosque de abetos al otro. El cielo cóncavo. Fotogramas super no-velados. Siento la presencia de lobos y a lo lejos veo un claro de llamas. Me dirigo hacia él.

Peluquería 0.

El peluquero hipertatuado (palmeras, tijeras, la cara de Beyoncé, un escudo, una pantera) me dijo que el corte que me haría lo creó Vidal Sassoon y que se llamaba “Bob”. El tajo en cuestión consiste en colocar una cazuela imaginaria en la cabeza y cortar los sobrantes de los bordes. Estuve de acuerdo. Hice una referencia a "El nombre de la rosa", pero el peluquero pareció no entenderme. La peluquería contaba con una decoración tan minimalista que parece una sala de espera de un hospital dentro de una nave espacial sin cableado. Sin cazuela, pero con consciencia de ella, el peluquero estudió mi flequillo como si de un ejecicio de dibujo técnico se tratase. Tenía en frente una pequeña pantalla en la que se podían ver desfiles y capítulos de la Pantera Rosa. Con el peluquero intercambié nombres de pastillas anticaída y hablamos de cómo sería bueno empezar a ir al gimnasio con mi edad, para que cuando llegase a los cuarenta continuase manteniéndome en forma. Lo peor de la experiencia fue que fui el último cliente al que le cortaron el pelo antes de que cerrase la peluquería y pude comprobar como todos los empleados (un pelquero y dos peluqueras más) correteaban nerviosos por cerrar. El juego de espejos les delató: estaban metiéndose rayas de cocaína en uno de los cuartos de aquel espacio demasiado blanco y demasiado vacío. ¡Incluido el peluquero que me cortaba el pelo a mí! El corte "Bob" es de la décado de los sesenta, intenté ser comprensivo... Pero fue algo bueno, y sólo hizo un viaje antes de terminar conmigo. No supe si era para controlar al resto de empleados pero intuí lo contrario por como sorbía para dentro de su nariz los no-mocos y en como el resto le acosaban preguntando cómo iba, si se sentía extraño).

A mi no me importaba, claro que me molestaba que no me invitasen, aunque fuera para decir no.

Visiones

Me encontraba sólo en el bar de la plaza tomando una copa de vino tinto. Esperaba a Alexandre que había ido a visitar al Padre Martins. Durante el camino hacia el pueblo, en coche, me concentré en los paisajes y en la música de Bach que acompañaban las panorámicas. Durante el paseo en el pueblo, a pie, compramos periódicos. A la vuelta condujo muy rápido.
*
Cuando me acerqué a la ventana de los vecinos de la esquina de la Calle Reina Isabel quedé hipnotizado por un candelabro de siete velas.

En casa habíamos estado estrenando la dote que contenía gran números de juegos de tazas de café, platos, cucharas, cucharillas, cucharones, ensaladeras, cuchillos, grandes tenedores, paños decorados con estampados.
Comimos cordero, col, piñones, dulces, arroz con leche y queso y sopa. Pero también jamón y aceitunas y salmón. Pan dulce, café, vino, té.

Las bandejas con comida se anunciaban en una mesa, como si fuese una entidad más incluso superior. Toda la familia venía a visitarnos. Bebimos aguardiente y vino de Oporto. No recuerdo la última media hora de la noche pero tengo ensoñaciones de la más judía o católica de todos por ser la más longeva. Hice que cogiera mi mano y al mirar mi palma asintió decididamente.

Removí la chimenea unos 20 minutos y salí a la calle a fumar un cigarro. El candelabro continuaba en la ventana. Me entró ganas de tener fe en algo, de tener la circuncisión hecha.
*
Paulo tenía 23 años cuando lo encontraron muerto entre unos matorrales de la orilla del río. Fatídica noche para el joven cuando se cumplía un año exacto de la muerte de Mafalda, 21 años y nacida en Alcains. Leí en la prensa al día siguiente del horrible “hallazgo” un corto y contundente artículo en el apartado de sucesos.

Insolación

El sol es una desolación porque hiere como cuchillo lorquiano.
Y las pesadillas de Buñuel no son de genio en esta tierra seca, reflejada en el cielo.
Sus granizos revientan máquinas.

Ishmael

Ishmael, you appeared in my dreams for saving you
from the shinning hole.
I embraced you, sitting with you on the terrace,
touched again your bones.

I coudnn't go to your black concert, sorry,
I was missing myself in life.
I pray for you. I pay the ticket to return
you are nothing but smile.

I will meet you at the cemetery, and
I will see your back of the neck, again.
Your horse, the oil on my shoes,
you like a goalkeeper without pain.

School love, masturbating on green grass.
Smoking for the first time.
Loosing balls on the playground.
Touching your hand lines.

You're dead Ishmael.
You appeared in my dreams.
Please, forgive me and come back
to life
and tell me what it means

Gato negro

Salí del hotel apresuradamente y de repente me encontré a menos veinte grados centígrados. Encendí un cigarrillo. El frío que llegaba del Mar Báltico inundaba mis pulmones a cada calada. No conseguía fumar ni respirar bien. Decidí entonces acercarme al lago en la parte trasera del Hotel Varzina para ver si podía calentar mi cuerpo lo suficiente para poder fumar. Caía la noche y mis pies se hundían en la nieve a cada paso. Miré fijamente al lago que estaba helado; tuve la tentación de intentar andar sobre él pero no lo hice. Saqué del bolsillo una pequeña cometa hecha con palos de madera e hilo de colores. Para entretenerme decidí colgarla de la rama de un árbol, quise que empezara la Navidad. Me alejé de vuelta al hotel y observé la rama desde la puerta trasera con la cometa colgando. Inmediatamente apareció en escena un sigiloso gato negro, en fuerte contraste con la nieve. Se paró justo debajo de la rama decorada. Él no me veía. Era una estampa extraña. Allí quieto durante un minuto continuando con el ritual.

Eclipse lunar


(II)

La Penumbra ha llegado.
La Tierra se ha enfrentado.

Oscuras manchas imposibles de quitar
sobre el mármol.

Andrómeda, tu favorita.
Aburrimiento, mi universo.

La vía láctea sobre tu pecho.




(III)

La silla y las sábanas deslumbran la escena
en la que la luna abre y cierra el telón.

El ciprés único fiel amigo obediente obelisco.

Los tulipanes púrpuras y naranjas están
sin zuecos que los cuiden o aplasten.

Estoy contento porque es a mí
a quién han puesto la corona de flores y
laureles.

A quién La Tierra ha defendido
y se ha interpuesto frente al Sol.

A quién el tiempo ha dado la razón.

Estoy contento porque La Luna
ha dicho que esté tranquilo.

Los pájaros que beba de sus charcos.


(IV)

alba recién nacida 
su colcha la navaja para desaparecer.

dios no es más que confeti de estrellas
sobre la fiesta del vientre parido del cielo

los neones de las marquesinas marcarán su destino.

los pájaros alarman el dulce murmullo,
guían a los hipnotizados por las otras vidas.

desayuno y respiración de eterno retorno.

A barro pasado, escultura  .

Exhalo de jornalero ,
spleen de infante
maquillaje de doncella en el esternón.


expuesta en otro amanecer.

Tendido sombra

Bajo una cabeza enorme de toro bravo siento
que la naturaleza no está muerta
en esta tierra llena de pereza.

Mis raíces escarban
no quiero que lleguen al centro de la tierra
y besen el fuego que llevo dentro
y que quema las piedras y la maleza
que es mi mente y que teme ser arrasada
por un pirómano.

Cojo el capote rosa,
se yergue mi cosa roja con sed de entrar en fosas.

Echo de menos tus dedos pero ahora
estoy escondido en tendidos cero.

No quiero irme a casa,
voy a permanecer aquí en la plaza.

Estoy muy asustado porque sé que eres bravo
y matas.

No me alcanzarás porque tienes banderillas en tu lomo,
ya empiezas a sangrar y yo cada vez más de oro.

Caballos ciegos me ayudarán a pincharte y a debilitarte.
No soy tan viejo a pesar de tener tantas heridas.

Me duele matarte siendo tan hermoso,
los brillantes si no lo hago caerían de mi alforja
como si fuese un leproso.

El público reclama tus orejas
sé que en tu país no las cortan no amputan tu belleza.

Pero estoy decidido a rematar la faena de olvidarte
y veré tu cuerpo arrastrarse por el ruedo como un estandarte.

Y ya no te mezclarás conmigo ya no serás tan bravío.
Jugaré a castillos con tus orejotas
no inseminaré más tus agujeros idiotas.

Tendido sombra permanezco sentado
en secarral que se convierte en alfombra.