Hater
Reconozco que me hizo cierta ilusión tener mi primer hater digital. Todos hemos tenido alguno durante nuestra vida: bullying en el colegio, insultos a lo lejos al cruzar un paso de cebra, quizás alguna llamada furtiva al teléfono fijo, pero la mayoría todos haters presenciales. El mensaje que recibí en uno de los textos de mi blog fue: "Juan, eres asqueroso, tu arte es asqueroso". Lo primero que pensé fue: ¿Por qué repetir el adjetivo? ¿Tan poco léxico tiene este enemigo? ¿Será guapo? ¿Tendrá dinero? ¿Roncará al dormir? El libro de sinónimos y antónimos ya existe en línea. Qué decepción. Todos hemos reflexionado la frase de Wilde sobre que la calidad de tus enemigos supone tu calidad como persona importante. Voy a buscar en la RAE la palabra asqueroso a ver qué dice: Que causa asco, o repulsión moral o física. Yo me ducho todos los días, siempre me dicen que voy hecho un pincel. Siempre he pensado como Rohmer que no estar guapo y estar desaliñado es una falta de respeto para los demás, en concreto, para la gente a la que quieres. Lo de asqueroso moral, ya es otro tema. Al menos quién ha escrito ese comentario lo es mucho más. Puede entonces que sea la medalla de plata en asquerosidad moral. Aún así no me reconozco en el comentario. Con respecto a mi "arte", el comentario no me hace daño. Hay meses que los collages me pagan el agua, la luz y el gas. ¿Puede que sea alguien despechado amorosamente? ¿Teniendo yo
una vida prácticamente como la de un carmelita descalzo? Quiero saber quién es. Si lees ésto manifiéstate. Quiero conocerte, para agradecerte el centrarme en lo que realidad me gusta más hacer: escribir.
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