Oasis

No veo nada. Mis pies se hunden cada vez más en la arena. La túnica pesa. Los billones de estrellas me agobian. No vislumbro la luna por ninguna parte. No sé en qué dirección camino. Hace mucho frío. Los granos de arena golpean mi cara por el viento. Estoy solo en medio del desierto. Supongo que tardo una hora en subir cada duna. Tengo sed. Tengo miedo. Estoy agotando el instinto. Ya no recuerdo cómo he llegado hasta aquí. Y no consigo imaginar que pasará. Las probabilidades parecen nulas. Bebo el sabor salado de mis lágrimas. Me balanceo y continúo andando a rastras. Me arden las líneas de las manos. Caigo tendido boca abajo. No puedo moverme. Apoyo la barbilla sobre el zurrón vacío y al mirar al frente por última vez, distingo, a lo lejos, un oasis.

No hay comentarios:

Publicar un comentario