Dèjá vu

- Parece que ésto ya lo he vivido.
- ¿Qué?
- Estar aquí contigo, sujetando esa taza de café en forma de concha y tú hablándome de tus padres.
- Un dèjá vu.
- Es como si observase un cuadro en movimiento desde dentro.
- ¿Cómo?
- Sí, como un fragmento de película en la que aparecemos y que fue rodada hace mucho tiempo.
- Es un simple fallo cerebral, no pienses más en ello.
- Hum.
- No deberías tomar más azúcar.
- Esa respuesta ya la he vivido conscientemente. La última vez que fui al dentista.
- Entonces ¿Cúal es la diferencia?
- Hum.
- Espera, esto yo también lo he vivido antes. Ahora empezaremos a discutir.
- No esta vez. Iré al baño y me marcharé para siempre.
- ¿Cómo?
- Sí, no quiero volver a tener la sensación de haber vivido un momento tan aburrido como este más de una vez.
- ¿Qué?
- Ya no estaré nunca más en tus fallos cerebrales.
- Espera, oh, acabo de tener otro dèjá vu ahora mismo. Justo así, ahí levantada con ese vestido de flores y el flequillo erizado.
- ¿Lo entiendes ahora? Venga, dime que haré ahora.
- No sé, por favor, haz algo que ya haya vivido conscientemente, algo que hagas normalmente, rápido...
- Iré a pagar la cuenta.

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