Tendido sombra

Bajo una cabeza enorme de toro bravo siento
que la naturaleza no está muerta
en esta tierra llena de pereza.

Mis raíces escarban
no quiero que lleguen al centro de la tierra
y besen el fuego que llevo dentro
y que quema las piedras y la maleza
que es mi mente y que teme ser arrasada
por un pirómano.

Cojo el capote rosa,
se yergue mi cosa roja con sed de entrar en fosas.

Echo de menos tus dedos pero ahora
estoy escondido en tendidos cero.

No quiero irme a casa,
voy a permanecer aquí en la plaza.

Estoy muy asustado porque sé que eres bravo
y matas.

No me alcanzarás porque tienes banderillas en tu lomo,
ya empiezas a sangrar y yo cada vez más de oro.

Caballos ciegos me ayudarán a pincharte y a debilitarte.
No soy tan viejo a pesar de tener tantas heridas.

Me duele matarte siendo tan hermoso,
los brillantes si no lo hago caerían de mi alforja
como si fuese un leproso.

El público reclama tus orejas
sé que en tu país no las cortan no amputan tu belleza.

Pero estoy decidido a rematar la faena de olvidarte
y veré tu cuerpo arrastrarse por el ruedo como un estandarte.

Y ya no te mezclarás conmigo ya no serás tan bravío.
Jugaré a castillos con tus orejotas
no inseminaré más tus agujeros idiotas.

Tendido sombra permanezco sentado
en secarral que se convierte en alfombra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario