A Rubén Darío (1867-1916)


Vi al fantasma niño correteando por la sala número dos, alto, robusto. // El Quijote no le pesa en las manos, / La Biblia en diez tomos divide sus noches. // Los barcos viajan a Francia, no necesita / chaleco salvavidas porque el camino / es su destino. // Su mujer española perfecciona al humano que / se escribe con h en la lengua castellana. // El Embajador está triste ¿Qué tendrá El Embajador? / El Cónsul está triste ¿Qué tendrá el Cónsul? // He visto al fantasma adolescente bajo el quinqué, / sentado en la silla, /siendo caricaturizado. // Su fuerza estampada en sellos. / Su imaginación pagada en billetes. // Cien mil córdobas es el valor / del Darío Pensador. // He visto al fantasma adolescente llenando / piñatas de versos, rompiéndolas como lluvia // En El Paraíso,  El León, Apolo y El Conde / le esperan. // Se convierte en todos sus ídolos. // Rubén Darío me da miedo en vida pero / su fantasma niño me entretiene. // Escribo sobre él porque él escribía / sobre otros. Con Whitman observa / las Hojas y la Flores con Baudelaire. // ¿Estará contento con Alejandro / Dumas jugando al ajedrez? // El café concentrado desparramado sobre las notas, / leías los posos. // Niño poeta de Centroamérica sentado en el jardín, / atravesando las vigas y las paredes escribiendo / sin sangre. // Los presidentes te regalan divanes para que / los pájaros de tu cabeza se posen y beban / de tu materia gris Argentina. // ¿Naciste debajo de una vaca? / Rubén Rómulo Remo. // Completaste toda la colección de cromos / de mitos griegos. // Maquillaste a tus mujeres con especias. 

                                    
                                                                           Casa Museo Rubén Darío, León, 2012 .

1 comentario:

  1. Ha sido irte p'alla y escribir mucho y bien,Juaaan
    que artista de verdad eres.! Fdo,- @Organodefuego

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