Cucharillas de postre
No soy un ángel pero
lo cursi de tu cama en forma de nube y cabecero de aureola
me endiabla pero
no es suficiente
comparado con el mar asomado por la ventana para vigilarnos
ni somos tan fuertes como el faro que aguanta los choques
de las palabras que ahorramos y que explotarán en algún momento de oro
y nos sepultará,
la gota que rebosa la mesilla, las colillas en los vasos
lo único limpio es el espejo, lo único pulcro el marco
coleccionas dibujos y yo colecciono compradores para los míos
A las cuatro de la mañana todos los cuadros son negros, mis ojos
abiertos deslumbran lo nuestro, me refiero al amor que dura poco
al amor en el que el tiempo se estira y el espacio de los cuerpos se expande
para hacernos pequeños, abrazados, como dos cucharrillas de plata juntas
después de haber compartido un postre.
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